Gournia es la ciudad minoica mejor conservada de Creta, y también una de las menos visitadas. Por este motivo, descubrir el yacimiento arqueológico de Gournia es una auténtica delicia, ya que lo podemos disfrutar tranquilamente, sabiendo que somos muy privilegiados. Gournia recibe su nombre por “Gournes”, que en griego se refiere a las pequeñas cisternas que se encontraban al lado de cada casa de la antigüedad, utilizadas para alimentar animales domésticos.
Gournia está situada unos 18 km de Agios Nikolaos, en un lugar de extrema importancia estratégica, controlando, como lo hizo antaño, el estrecho istmo y la fácil comunicación que tenía con Ierapetra. La ruta por tierra evitaba los peligros de viajar por mar por el cabo del Este, un factor crucial en la antigüedad, especialmente en invierno cuando navegar era muy complicado por la bravura del mar.
Gournia es la ciudad minoica mejor conservada, y en su pequeña escala, contiene importantes claves sobre la vida de la gente y la naturaleza de las comunidades y su evolución. La desolación del lugar hoy en día sirve para ensalzar el contraste con lo que debía ser su frenética vida 3500 años atrás.
Hay evidencias de la ocupación de Gournia en el año 3.000 antes de Cristo, pero los restos que podemos ver actualmente son los de la ciudad del periodo denominado de los segundos palacios (1.500 a.C). Sobre 1.450 a.C, como sucedió en otros lugares, la ciudad fue destruida por un terremoto y por el fuego. Se realizó algún tipo de reconstrucción durante la era Micénica gobernada desde Knossos – el Santuario es de esa época-, pero el lugar fue abandonado y desapareció bajo la tierra con el paso de los siglos, hasta el despertar del interés arqueológico que surgió en el siglo XIX.
Fue entonces cuando la joven arqueóloga Harriet Boyd-Hawes desenterró este tesoro entre los años 1901 y 1904, descubriendo su trazado, con estrechas calles y pequeñas casas.
El yacimiento arqueológico de Gournia
Las estrechas callejuelas y escaleras empedradas, construidas para animales de carga en lugar de carros, donde se cruzan una multitud de casas de una sola habitación centradas en una plaza principal y la casa de un gobernante local. El asentamiento no es muy grande, ni tan impresionante en comparación con los palacios de Knossos, pero debió haber sido igual de lujoso.
Una de las partes más importantes del yacimiento es el Patio, situado en el extremo sur del asentamiento y que pudo ser su centro y la zona de mercado. También tenía un uso ceremonial. Allí podemos ver también la escalera en forma de L que sube desde el patio hasta la sala central, típica de los palacios minoicos. Esta Sala central del palacio es accesible desde el patio inferior. El gobernador pudo haber utilizado esta antesala del pequeño edificio del palacio como salón de audiencias.
El Palacio fue probablemente la residencia del gobernador de Gournia, como representante del mandato minoico de Knossos. Se trata de una reproducción a más pequeña escala de los palacios minoicos más importantes. En el centro del Palacio de Gournia, se sitúa un altar para sacrificios. Junto al palacio se encuentran los almacenes, donde se depositaba el grano, el aceite y otros productos básicos, en enormes vasijas de barro.
Siguiendo el camino de adoquines decorados con mosaicos, subimos hasta el pequeño santuario donde se encontraron diversos objetos de culto. Las diosas con serpientes de terracota se exponen en el Museo Arqueológico de Heraklion.
Gournia era una comunidad próspera y autosuficiente, prueba de ello son las herramientas y materiales encontrados en un pequeño taller de carpintería del yacimiento, que indican que perteneció a un carpintero, quien vivía allí con su familia. En Gournia también encontramos fragmentos de cerámica que nos muestran que también hubo una alfarería, un taller donde el alfarero dejó todos los materiales precipitadamente. Este y otros edificios indican que la ciudad fue abandonada de forma repentina.
En nuestra ruta por el yacimiento arqueológico de Gournia, encontramos una fragua, donde clavos, trocitos de bronce y un yunque delatan al herrero que allí trabajó. Los pilones de piedra encontrados en el exterior de casi todos los edificios de Gournia son unas pequeñas cisternas que en griego moderno se conocen como gournes, cuyo nombre recibe el yacimiento.
Entrada y horarios de Gournia
Para visitar el yacimiento de Gournia, el horario de apertura es de 8:30 a 19:00h de martes a domingo, y la entrada cuesta unos 2€.